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miércoles, 27 de enero de 2010

Werner Herzog´s "Bad Liutenant: Call of Port - New Orleans" (2009)

"Bad Liutenant: Call of Port - New Orleans" es la última producción de Werner Herzog, contando con un excelente Nicholas Cage en el papel de Terrence McDonagh, un policía esquizoide severamente adicto a las drogas, combinación perfecta de dos de las mejores interpretaciones de Cage: en Mike Figgis's "Leaving las Vegas" (1995) y David Lynch's "Wild at Heart" (1990). Con estas dos interpretaciones, Cage sentó precedente para que la elección que Herzog tuviera que hacer para este papel fuera casi inevitable.

Teniendo como escenario la ciudad de New Orleans, se presentan una serie de eventos desafortunados que tienen como protagonista al policía McDonagh. Las primeras escenas son un trazo preciso de la personalidad cínica de Cage y cómo, luego de tomar una decisión moral y éticamente correcta, aunque dudosamente desinteresada, accidentalmente sufre lesiones en la espalda que, medicación mediante, lo acompañarán el resto de su vida.

Luego, una asesinato de una familia de inmigrantes, un caso de tráfico de drogas, pandillas y mafiosos hacen de la película un inevitable exponente del cine policial, aunque es mucho mas que eso. Lo realmente interesante de este filme es como en código de cine policial y acción, toma la personalidad de Cage y hace una exploración psicológica de la adicción.

La mejor escena de esta película es la principal advertencia de que aunque estamos ante una brillante producción de acción, en realidad estamos viendo una obra maestra que explora y explota la personalidad del policía McDonagh para identificarnos con un sujeto con severos problemas de adicción a las drogas. La escena, obvia para el que vió el filme, involucra únicamente a dos iguanas en primerísimo plano filmadas con cámara en mano, espejismo de un Cage en segundo plano perdidamente drogado. Esta secuencia, está entre las mejores del cine del último tiempo, únicamente por esta escena, ya alcanza para justificar ver la película, si sumamos a esto un excelente policial y además, la lectura entre líneas comentada anteriormente, tenemos como resultado una de las mejores películas de este ultimo año.

Dado que este humilde servidor no cuenta con un historial de cocainómano, me limitaré a tomar el tabaquismo como ejemplo para desarrollar el tema de la adicción. Ciertas personalidades tienen predisposición a la adicción, la cual aunque no digamos que es genética, creo que sí se encuentra en los fundamentos psicológicos de nuestra personalidad mucho antes de estar en contacto con un agente adictivo. Esta predisposición esta latente hasta tanto un evento en nuestras vidas nos de una justificación moral para considerarnos necesitados de dicha adicción, en el caso de Cage, una supuesta decisión éticamente correcta lo deja lisiado de por vida, y empieza a recurrir a la cocaína como un agente regulador de su constante dolencia.

Su personalidad límite lo predispone a la autodestrucción. No en el sentido de negar su existencia, sino que él ratifica su existencia por la ruptura del status quo actual, y sin un motivo claro, busca sobrepasar los límites por el solo hecho de que existan como tal.

Al igual que un evento dispara la justificación a la adicción, se supone que otros eventos nos permitirán encontrar la justificación que decida nuestra abstinencia. En general, las convenciones sociales mayoritariamente aceptadas proponen que principalmente esto ocurre en ciertos momentos de nuestras vidas en los que nos ocurren cosas que se consideran parte de nuestro crecimiento personal: como encontrar al amor de nuestras vidas, nuestro hogar, formar una familia y/o alcanzar grandes logros profesionales. Quizás el cierre que da Herzog a su película es una declaración de intenciones, una carta abierta a sus espectadores de lo que verdaderamente opina al respecto.


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