Este blog no incluirá expresiones como "yo creo", "yo opino", "me parece que" ni nada de eso. Tengo razón hasta que alguien me demuestre lo contrario, para lo cual están todos formalmente invitados a postear comentarios.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Alex De la Iglesia's "Balada Triste de Trompeta" (2010)

Con la canción de Raphael "Balada triste de trompeta" de leit motiv, Alex de la Iglesia nos presenta esta bazofia de hora cuarenta que debería pasar rápidamente a mi olvido.


Empezando con un payaso trasvestido con machete en mano que pelea junto al ejercito republicano, De la Iglesia nos presenta un guión repleto de gore, sin sentido y tedio, salpicado con brevísimos instantes de humor y el ya típico y agotador background de ficción histórica en la época franquista de España.


Al ver esta película espástica y sin ningún tipo de dirección narrativa uno podría preguntarse si a De la Iglesia se le fue la pinza. Pero no, simplemente se quedo sin ideas. De todos los peores guiones posibles, eligió el mejor que pudo, trato de mantener su marca registrada de autor e hizo este pastiche que seguramente se salva de la crítica virulenta por ser políticamente correcto y burlar hasta el agotamiento al régimen franquista.


¿A quién podría gustarle esta película? Difícil saber en una época en que cinco películas de Harry Potter y las dos últimas de Piratas del Caribe están entre las 20 películas más vistas de la historia del cine a nivel mundial. Podría especular con adolescentes descerebrados que traten de distinguirse de otros adolescentes optimistas aprendices de mago seguidores de Harry Potter o de las legiones de seguidores de la saga Eclipse, con sus vampiros defensores de la castidad, íconos teen del quiero y no puedo.


En resumen, y por si alguien se leyó estas líneas demasiado rápido o no me supe explicar correctamente: que todo el que este en su sano juicio y/o no haya tenido una lobotomía en los últimos dos meses se abstenga de ver esta insultante producción.


Nota adicional: Omití hablar del guión deliberadamente, haciendo caso al consejo de que "si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada". Algo a lo que debería haber hecho caso Alex de la Iglesia.